Ahora vemos que Él, siendo uno que no se unía a ellos, Él no tenía nada que ver con sus grupos, y por consiguiente era un desechado. Él no tenía ningún...
Además, un día Él entró en el templo. Un Hombre entró allí y descubrió la casa de Dios casi tan contaminada como lo está hoy día. Estaban comprando y vendiendo, cambiando dinero. Y Él volcó las mesas de los cambistas; y tomó unas cuerdas e hizo un azote, y con eso corrió a los cambistas de dinero del templo. Y miró sobre ellos con enojo, y dijo: “Escrito está” aleluya, “la casa de Mi Padre es una casa de oración y vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones. Y con vuestras tradiciones habéis hecho nulos los mandamientos de Dios”.
Oh, ¿podría un grupo como aquel jamás creer en Él? No señor. Se habían revolcado tanto en el lodazal de las sociedades y la inmundicia del día, hasta que ya estaban tan eclesiásticamente congelados que ya no podían sentir las vibraciones del Poder del Dios Todopoderoso. Con razón la mujer pudo tocar Su vestidura y por medio de eso recibir la sanidad; ¡y a la vez un soldado borracho le escupió en el rostro y no sintió ninguna virtud! Todo depende de la manera en que Ud. se acerca. Depende de lo que Ud. esté buscando. Cuando Ud. asiste a la iglesia, depende de lo que Ud. esté buscando.