El Bautismo en Agua
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.

Marcos 16:16

¿Es el bautismo importante? Lo fue para Jesús. De hecho, tuvo tanta importancia que fue la última comisión que Jesús dio en Mateo 28:19, y hasta Él mismo fue bautizado. Ya sabemos que el bautismo es imprescindible para llegar a ser un Cristiano; pero ¿importa cómo seamos bautizados? ¡La respuesta es SÍ!

Por qué bautizamos:

Ahora, en el Tabernáculo Branham, nosotros creemos en el “bautismo en agua” por inmersión, “en el Nombre del Señor Jesucristo”, que es la Enseñanza apostólica de la Biblia. Y que todos nuestros miembros, o los que vienen al Tabernáculo Branham, que así lo deseen, puedan en cualquier tiempo (que así lo pidan), ser sumergidos, en el Nombre del Señor Jesucristo. Que consulten al pastor; si se han arrepentido, y creído en el Señor Jesucristo, el pastor, tan pronto como sea posible, aun entonces si puede, los bautizará inmediatamente. Esto los trae al compañerismo de los creyentes. Creemos que por el bautismo en agua somos traídos a un compañerismo. Pero, por el bautismo del Espíritu Santo, somos admitidos como miembros, siendo miembros del Cuerpo de Jesucristo, el cual está por todo el mundo.

Orden de la Iglesia,  58-1007

¿Basta con rociar o necesito ser sumergido en agua?

Bautizar es una palabra griega que significa ‘sumergir’. Juan bautizó en el río Jordán y los discípulos también bautizaron en agua; por tanto, en el bautismo correcto es necesario ser sumergido completamente en agua. El rociar y las otras formas de bautismo surgieron después de que se escribiera la Biblia; no son Escriturales.   

La ocasión en que Felipe se encontró con el eunuco etíope nos da un ejemplo. El eunuco creyó el testimonio sobre el Señor Jesús que dio Felipe y luego le pidió que lo bautizara en agua. Ambos entraron al agua, y Felipe lo sumergió (Hechos 8:38).

Si Jesús comisionó a Sus discípulos a bautizar en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y a instruir a la gente para que guardara todos Sus mandatos, entonces ¿por qué no bautizó así ninguno de ellos? Todos los bautismos registrados desde esta comisión se efectuaron en el Nombre de Jesucristo.

La respuesta es sencilla:

Jesús les mandó bautizar en un Nombre, no en un título. “Padre, Hijo y Espíritu Santo” son títulos.

Por ejemplo: ¿es Ud. un hijo o una hija? ¿Se llama Ud. “Hijo” o “Hija”? Quizás sus padres le llamen “hijo” o “hija”; pero Ud. tiene un nombre y Dios también. Es así de sencilla la respuesta: Jesucristo es Dios y no tres deidades distintas. Él es Uno, tal como dice la Escritura: “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” (Efesios 4:5); y “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” (1 Juan 5:7).

¿De verdad importa que me bautice según la enseñanza de la Biblia, o me puedo bautizar de cualquier otra forma?

Les importó tanto a los apóstoles que rebautizaron a quienes no se habían bautizado correctamente y aun a los que fueron bautizados por Juan el Bautista, el mayor de todos los profetas.

Poco después de recibir el Espíritu Santo en el aposento alto, Pedro predicó un sermón sobre la Deidad del Señor Jesús, el cual impactó tanto a la gente que preguntaron: “¿Qué haremos?”. Pedro, ahora lleno del Espíritu Santo, respondió: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:14-39).

Con esas palabras, vemos la fórmula para recibir el mismo Espíritu Santo que tuvieron Pedro y los apóstoles en el día de Pentecostés.

El Libro de los Hechos (capítulo 19) nos da otro ejemplo muy claro de esta fórmula en acción, con la ocasión en que Pablo se encontró con un grupo de personas en Éfeso que ya habían aceptado a Jesús como su Salvador. Ellos le contaron de su conversión, y él les preguntó: “¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?”. Ellos sabían de Jesús, pero no del Espíritu Santo. Pablo, quien conocía la fórmula correcta, preguntó: “¿En qué, pues, fuisteis bautizados?”. Respondieron que se habían bautizado según la forma en que Juan el Bautista bautizó, la cual era distinta. Pablo entonces les ordenó volverse bautizar, esta vez, en el Nombre del Señor Jesús. ¿Qué pasó después? Ud. acertó: fueron llenos del Espíritu Santo.

Entonces la pregunta apremiante sería esta:

Si he sido bautizado en los títulos de Padre, Hijo y Espíritu Santo, entonces ¿necesito ser bautizado de nuevo?

El Libro de los Hechos afirma que sí. Después de eso, Ud. tiene la Promesa de que RECIBIRÁ el Espíritu Santo.

Quién puede bautizar:

Por eso vienen aquí, por eso es que vienen a Cristo, Uds. se están alimentando de Su Palabra. Y si Uds. pueden tener un tiempo como éste, aquí, sólo por Sus atributos expresados, ¿qué será cuando entremos en Su Presencia? ¡Oh, será maravilloso! Cada uno de Uds. tiene el derecho de sanar a los enfermos, de poner sus manos sobre los enfermos. Cada uno de Uds. tiene el derecho de bautizar.

El futuro Hogar del Novio celestial y la Novia terrenal,  64-0802

Lea Preguntas y respuestas (54-0515), párrafos 170-261

Referencias Bíblicas

Mateo 3:16

Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.


Marcos 1:8

Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo.


Juan 3:23

Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.


Mateo 28:18-20

18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;

20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.


Hechos 2:38-39

38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.


Hechos 4:12

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.


Hechos 8:12

Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres.


Hechos 8:36-38

36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?

37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.

38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.

[Note que Felipe, quien era diácono, bautizó al eunuco. El Hermano Branham dijo: “Cada uno de Uds. tiene derecho de bautizar”].


Hechos 19:3-6

3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.

4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.

5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.

6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.


Efesios 4:5

Un Señor, una fe, un bautismo,


1 Juan 5:7

Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.