11/04/2017
Muchachos de la Cintas del Congo

El otoño pasado, publicamos un informe de un grupo de muchachos de las cintas que se adentran a aldeas a las que pocos se aventurarían. Han regresado a las selvas de RDC (República Democrática del Congo) y, al igual que los apóstoles del primer siglo, alientan a las iglesias recién instituidas a permanecer sólidas en la Fe.

En su último informe, los hermanos cumplieron una promesa, recorriendo distancias aún más extensas por las selvas, organizando servicios de Cintas y contribuyendo a la Gran Máquina de Dios.

En la tarde, partimos a Kibangu, Basuku (en el sitio web de VGR pueden leer el informe sobre nuestro anterior viaje misionero). Allí llevamos a cabo un servicio con la ayuda del Hermano Isaac, un joven que interpretó al Hermano Branham de inglés y francés al kisuku, uno de los dialectos de la zona. Colocamos la cinta Estén ciertos de Dios en lingala.

De ahí nos destinamos a Nzombi, enfrentando la selva. Condujimos toda la noche y llegamos en la madrugada. En oscuridad total, viajamos cuatro horas en motocicleta.

El miércoles, continuamos transfiriendo los sermones en audio a las tarjetas SD de los hermanos. En la tarde nos preparamos para el servicio de cinta en la iglesia, en el que escucharíamos el resto del sermón del Hermano Branham Tratando de hacer un servicio a Dios sin ser la voluntad de Dios (65-0718M), traducido al lingala.

El jueves, nos encaminamos de Nzombi a Mbamba para visitar a una familia que se convirtió en nuestro último viaje por medio del ministerio de las cintas. Descansamos y pasamos la noche en la aldea de Bibamba. Tras recobrar fuerzas, retomamos nuestro viaje hacia Mbamba. Esta vez nos valimos de la canoa y la motocicleta.

Esta familia asistió a un servicio de Cinta y en nuestra primera visita recibió libros del Mensaje. La familia consta de un hermano, sus cuatro hijos y su esposa. El cambio de la vida de este hermano desplegó un testimonio tan poderoso que un hermano descarriado regresó al Señor.

Conversamos en torno a la Palabra y los animamos a permanecer con este Mensaje. También les prometimos que, Dios mediante, en nuestra próxima visita traeremos un radio y tarjetas microSD.

Nuestro deseo y el propósito del viaje fue visitar las almas preciosas que ansían este Mensaje y animarlas, ya que son nuevos convertidos. Tardamos treinta minutos navegando el río en canoa y una hora recorriendo en motocicleta un retorno alternativo a Nzombi. Hicimos otra parada en Bibambe y Kipemba, donde anteriormente habíamos instituido dos grupos de cintas y distribuido reproductores junto con tarjetas microSD.

En Bibamba abundaban ladrones, pero cuando la Voz llegó a esta aldea, el líder testificó que ocurrió un cambio. Influenció a muchos jóvenes librándolos de esa clase de actos. Una paz se ha asentado entre la gente. Avanzada la noche, retornamos a Nzombi.

El sábado por la mañana, seguimos transfiriendo el audio de los sermones del Hermano Branham a los celulares de los hermanos y presenciamos un testimonio durante la cena en Nzombi. Un hermano escuchaba la Voz en su celular. Se quedó dormido por el cansancio y la cinta siguió sonando. Cuando se despertó, la cinta continuaba en curso. Revisó la batería e indicaba el máximo. Quedó atónito, pues antes, cuando escuchaba música profana, la batería se descargaba; pero presenciar que la voz del profeta sonó durante horas, sin consumir batería, significó un suceso sobrenatural para él.

El sábado por la noche, proyectamos los videos Un abismo llama a otro abismo y Las Campañas de Chicago, traducidos al lingala. Instalamos el escenario al aire libre y mostramos los videos en la pantalla pequeña del portátil, conectado al half-miler, que sirvió de parlante.

Para introducir El profeta del siglo XX, les enseñé un video breve sobre el Hermano Branham de un testimonio de T. L. Osborn, pues en Congo muchos conocen también a ese gran evangelista. El propósito fue atraer su atención a lo que seguía, pues en la zona y sus alrededores muchos son miembros pentecostales. Entonces anuncié: “Ahora verán a aquel del que hablaba Tommy Osborn” y de inmediato inicié el video El profeta del siglo XX. El mismo Hermano William Marrion Branham fue quien se introdujo. ¡Se regocijaron con amenes! Al final, todos se pusieron de pie para ver la fotografía del profeta del siglo XX, William Marrion Branham.

Dios los bendiga,

Popaul Bute

Muchacho de la Cintas